9/4/18

Bajo Peñas + Variant Trail

Segundo día en la Zona Zero y, tras un fenomenal desayuno en el hotel, salimos a la calle para ver que está chispeando, era lo previsto, pero es muy leve, se puede salir sin problemas ni necesidad de chubasquero. Las predicciones indican que mejorará el tiempo a media ruta, esperemos que el meteorólogo haya tenido un buen día.
Con esa incertidumbre comenzamos la ruta recomendada por Jorge, uno de los creadores de la Zona Zero, imposible encontrar nadie mejor. Estaba claro que iba a ser un acierto. Es lo mismo que preguntarle a Paquirrín por un club, de esos de luces de colores. Seguro que no falla.
Salimos desde el puente junto al río Cinca por un corto tramo de asfalto junto al barranco de Soto que pronto abandonamos a nuestra derecha para internarnos en preciosa pista que va atravesando un riachuelo, una vez tras otra, es una gozada. El sitio es muy bonito, no dejamos de ver aves rapaces en el cielo, esperando a ver si desfallece algún biker. Espero que hoy quedaran con hambre.
La pista desemboca en otra carreterita local que seguimos subiendo con tranquilidad hasta alcanzar Villarcito Bogetar, donde cogemos senda a la izquierda a cuya entrada escucho a Rafa gritar….mírate los brazos, están blancos!!!....ostras, pues es verdad, las gotas de lluvia se han convertido en copos de nieve, qué pasada!!!
Ese mismo calificativo se le puede aplicar a la senda por la que circulamos, muy, muy chula, preciosa y encajonada entre árboles, unos dos kilómetros en ascenso moderado y con un puntazo técnico que me encantó, sobre todo en su parte media. Habrá que bajarse en algún tramo pero en su amplia mayoría es ciclable, máxime si tienes el terreno seco. A nosotros nos costó un pelín más por lo mojado de la piedra.

La senda finaliza en terrible y corto rampón que obliga a subir con la bici al lomo para alcanzar la cumbre del Collado de San Beturián, que volveríamos a visitar más adelante, a la vuelta, al escoger la variante más trialera….¿Alguno lo dudaba?
Aprovechamos el llegar a lo alto para coger un poquito de aire y comprobar que, por detrás, se va abriendo el cielo, por delante lo tenemos peor, hay buenos nubarrones. Tras una barrita, nos colocamos las protes e iniciamos bajada en dirección a Los Molinos, muy divertida al principio aunque con un poquito de precaución por estar las rocas mojadas y con un final apoteósico, al internarnos en una zona de margas con enoooorme reguero central por el que circulas, encajonado entre paredes y con cuidado de no golpear los pedales a los lados, muy, muy bonito e impresionante. De esos grandes lugares de la Zona Zero. No os lo podéis perder.
Tanto nos gustó que aprovechamos para grabarnos en vídeo, por lo que solo tengo foto de Rafa de pié y admirando el lugar. De verdad que te deja con la boca abierta, es un auténtico pasote.

Y, como casi todas las trialeras de aquí, acabas en un riachuelo que hay que cruzar para iniciar el ascenso a Los Molinos, para lo cual pasamos por unos caminos muy bonitos, alguno entre muros de piedra y con el suelo plagado de rocas, muy divertido para los más barranqueros.
Lástima que al pisar de lado una piedra, saltara, me golpeara el cambio trasero y enganchara en los radios. No hubo daño importante pero me dobló la pata del cambio y tuve que ir con mucho cuidado a partir de entonces. Qué le vamos a hacer, soy un torpe.
Acabamos saliendo a la carretera que sube a Oncins, siempre cuesta arriba y ahora con la Peña Montañesa justo delante de nosotros, con nieve, que también vemos a nuestro lado, en alguna zona de umbría. Las nubes son tan densas que apenas la distinguimos pese a lo cerca que estamos.

Lo que sí distinguimos con claridad es el frío que hace, por lo que decidimos entrar al bar de Oncins a tomarnos un cafetito caliente que sentó de maravilla. Muy simpática la camarera, con la que charlamos un poquito. Todavía estaban más contentos los compañeros que llegaban justo cuando nosotros retomábamos la ruta. Es imposible encontrar a un biker en la zona que no tenga una sonrisa de oreja a oreja. Ya nos habíamos saludado el día anterior en Aínsa.
Por cierto, estamos muy acostumbrados a ver Lefty’s en nuestra zona pero parece que no tanto por ahí fuera, fue divertido saludarlos y decirnos….hombre, si sois los de ayer, el de la Genius y el de la…..no tenía ni idea de qué bici era la mía je,je,je…..más de una vez tuve que explicar en el viaje que la bici es así, que a la Lefty le falta un brazo.
Retomamos el camino con mucha alegría porque veíamos claramente que ahora íbamos hacia el buen tiempo, se veía todo despejado a nuestros pies pero, sobre todo, porque teníamos un buen descenso por delante que iniciamos en senda a la izquierda.
La bajada estuvo fenomenal, con mucha piedra en su inicio, más limpia y rápida después, hasta salir a pista que bordea Torrelisa. Me gusta mucho el diseño de las rutas, siempre te hace pasar por los pueblos de la zona para que los conozcas, puedas descansar allí si te apetece y visitarlos pero, sobre todo, facilita que toda la comarca se implique en el buen fin del proyecto.

Pequeña subida tras el pueblo y llegamos al desvío más crucial del día, en lugar de bajar por Planillé, bajada muy conocida, rápida y divertida, decidimos hacer una variante volviendo de nuevo al Collado de San Beturián para coger una bajada que se promete más trialera, la del Cuello Muertos. Teníamos que probarla.
La vuelta al Cuello de San Beturián se hace por senda descomunal, se rompe de tan bonita, te rompe con sus duras rampas, todas ciclables si estás con energía. La disfruté como un enano. Terminada la subida, bonito y rápido descenso con desvío a la izquierda que sale justo en lo alto del Cuello, donde vienen de nuevo las protes….yijaaaaa !!!


La verdad es que no sé cómo será Planillé desde arriba, lo que os puedo decir que el inicio de la bajada por Cuello Muertos es fantástica, ciertamente trialera en su inicio, con varias curvas, todas con piedras y escalones pero siempre ciclables que le dan un punto chulísimo y algo técnico. Me encantó.
A media bajada, se va normalizando el terreno aunque no deja de haber algún buen escalón escondido por ahí, por lo que no te confíes en exceso, llegando abajo con la sensación plena de haber acertado con la variante.

Pequeño remonte y salida al final de Planillé, del que disfrutamos las últimas curvas, viendo que es una bajada rapidísima y muy divertida, aunque debes llevar cuidado por la facilidad con la que puedes encontrar senderistas a tu paso, por lo que hay que estar preparado para frenar y saludar. El bueno rollo ha sido unánime en cada una de las personas que hemos encontrado en todo el fin de semana, ninguna mala cara en todo el puente.
Finaliza Planillé a los pies del Pueyo de Araguás, pueblo al que llegas tras buena rampa y en el disfrutas de la grandiosa vista de la Peña Montañesa y de su iglesia, realizando las fotos correspondientes.

Retomamos la ruta bajando por una rápida pista hasta llegar a un ramponazo corto pero épico que no finalicé por un pelo, me quedé a diez metros, en un escalón previo a la cima, pero es brutal, no sé ni cómo llegué hasta allí. La verdad es que si te gusta subir, sobre todo por zonas técnicas, disfrutarás de la Zona Zero casi tanto como de las bajadas. Me han encantado las sendas de subida, son espectaculares. Luis, nos has faltado tú!!!
Y la recompensa a este ramponazo es fantástica, senda chula con buen escalón que enlaza con escaleras de madera con otro escalonazo final que dejó mi culo reluciente. No se preocupen si no se lo limpiaron bien el día anterior, de aquí lo sacarán brillante.

De aquí enlazamos con un tramo de margas que te deja alucinado, paisaje lunar muy chulo y rápido, tanto que al final no puedes evitar ir saltando en cada ondulación del terreno, en cada pequeño salto que ves. Hasta Rafa se atrevió al final con uno aunque lo cogiera tímidamente.

Acabamos con un subidón de narices, saliendo de nuevo a la carretera por la que empezamos la ruta, finalizándola con una sonrisa de oreja a oreja y dándole las gracias a Jorge por sus consejos. Qué gran día.
Y todavía fue todo mejor cuando, a las cuatro de la tarde nos plantamos en la tienda de Intersport y nos aceptaron revisar el cambio trasero de mi bici, que dejaron fenomenal, permitiéndome seguir disfrutando del fin de semana sin preocupaciones. También le echaron un vistazo al de Rafa, al que le pasó lo mismo que al mío en la primera bajada desde Oncins pero que no llegó a doblar nada.
Cena en el pueblo por la noche, sin chuletón porque no quedaba en el establecimiento donde fuimos, por lo que tomamos nota para repetir a la siguiente en el primer restaurante. Nos fuimos a dormir felices y contentos porque, al día siguiente, nos esperaban cuatro buenas bajadas, cuatro….y es que somos de variantes.

Ací la resta de fotos. https://www.facebook.com/rafel.vidalsoler/media_set?set=a.10156034626301138.1073741929.560231137&type=3 Fantastica ruta, es la tercera vegada que la faig i no em cansaria de fer-la.

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