4/2/19

El Convent

Copie i pegue la crònica de Carlos, però abans..... una imatge val mes que mil paraules.

Por fin, ya era hora, tras años de estar siendo torturado vilmente por Chemari, a través de esa exhibición de chuletas, embutidos, panceta y huevos que se metía entre pecho y espalda en “El Convent” cada dos por tres, mientras yo luchaba en casa por no ahogarme en mi propia saliva, por fin pude ser testigo de lo que es un “Titanic” y probarlo con ganas. No me hundió el iceberg pero no faltó mucho.
Y eso que fui preparado, toda la semana a base de comidas y cenitas light, siempre regadas de una buena ración de Danacoles que prepararan mis niveles de colesterol para la inundación de grasas que se aproximaba. Nunca un sacrificio valió tanto la pena.
Y bueno, como había que justificar el viaje de ida y vuelta a Agres, teníamos que buscar alguna trialera por la que pasar, el Molí Mató a la ida, la Penya Frare a la vuelta, casi ná, dos trialeritas de esas facilititas, anchas y sin piedra, ya nos conocen. Espero no les tenga que explicar la “ligera” ironía de mis palabras.
Encontrar a la tropa no fue difícil, con estos ingredientes fue más sencillo que reclutar ingleses a Magaluf, por lo que diecisiete fueron los que se apuntaron. Desde Elche llegaron Fernan, Leo, Miguel, Íker, Julio, Marcos y yo. El resto, alcoyanos, contestanos e incluso dos valencianos. Nutrida representación.
Comenzamos la ruta con un pelín de retraso tras incidente con portabicis de dos Mataos en plena autovía, que terminó con la pinza de arriba reventada y un manillar arrastrando por el asfalto. Menos mal que aguantaron las cintas de las ruedas porque todos tenemos las imágenes del vídeo aquel que se hizo viral, con una bici dando vueltas y destrozándose. El susto quedó en lijada de manillar que no impidió al propietario disfrutar de la ruta y al conductor no morir de un infarto.
Salimos de Alcoy con mucho viento, camino del “Collao” para internarnos en la Vía Verde, se notaba mucho el viento de cara. Tras pasar el primer túnel, una vez pasado Batoy, nos internamos en senda a la derecha camino de les Cases del Salt y de nuevo senda, recientemente limpiada, hacia el restaurante de “La Font dels Patos”, donde completamos el grupo y saludamos a otros compañeros que decidieron no acompañarnos, el viento arreciaba con fuerza.
Como a nosotros no nos paraba ni el huracán Katrina, y sabedores de que, una vez en la montaña, el viento prácticamente no se nota, seguimos la ruta hacia la Cantera de Barxell para coger la primera rampa del día, que coronamos cogiendo senda a la izquierda que nos deja en asfalto, camino de Bocairent.
Un corto tramo de asfalto y nos internamos por el Barranc de la Tassa, siempre divertido, con sus dos o tres pasos técnicos que Julio logró pasar por coger la rueda buena, a Kawa le recomendaría lo mismo.
Giro a la izquierda para salir del barranc y dirigirnos hacia un Mas que rodeamos por la izquierda, cogiendo nuevo tramo de senda que no conocía y que nos deja en la Font de Mariola, donde reagrupamos.
De ahí nos fuimos a buscar la subida hacia la trialera del Molí Mató, donde comprobamos de primera mano las advertencias que nos hizo Enrique García Ripoll hace unos meses y que nos dejaron con la boca abierta, puesto que las autoridades han decidido sacrificar unos cuantos pinos sanos con el fin de impedir que senderistas y ciclistas utilicen una senda.
Y es que, es sobradamente conocido, que ambos colectivos están formados por delincuentes y terroristas que solo buscan destruir en entorno. Eso sí, talar pinos grandes y sanos, para derribarlos encima de la senda, solamente por fastidiar, es de lo más ecologista y naturalista.
Es lo que pasa cuando gente del coeficiente intelectual de Bush intenta buscar una solución a un problema, ¿Se acuerdan de aquello de talar bosques para que no haya incendios? Aquí los matan para que no pase gente a pie o en bici. Echémoslos fuera, aunque tengamos que sacrificar el bosque. Tontos hay en todos los sitios, y cuanto más arriba, más abundan.
Por tanto, desmontamos y pateamos el tramo, unos tres o cuatrocientos metros, para volver a montar más adelante y coronar. La senda es muy bonita y tiene un par de rampas buenas, todas ciclables salvo el tramo comentado.

Una vez arriba, comenzaba lo bueno, calzándonos las protes mientras comentábamos la bajada a los nuevos. Se trata de la típica trialera de montaña, estrechita, con pendiente y mucha piedra, muy divertida, que tiene su punto álgido tras cerrada curva a la derecha, en doble escalón con recepción suelta después.
Era la segunda vez que hacía la trialera y ya lo habíamos dejado pasar Julio y yo en la ocasión anterior. Ahora veníamos decididos a intentarlo, por lo que nos acercamos, nos asomamos y rápidamente vimos la trazada.
Fui foteando al personal conforme fue bajando, mostrándome Kawa que también se podía hacer la primera curva, por lo que lo intenté y me salió, últimamente estoy pletórico en las curvas, afrontando bien el doble escalón al esquivar el pequeño saliente en la roca del segundo, donde más de uno golpeó el plato. Fue una gran satisfacción conseguirlo, ya puedo borrarlo de mi lista de cosas pendientes.
Completamos la divertida trialera hasta el final, no sin antes ser testigos de enganchón de manillar y caída de nuestro amigo Miguel, todavía no acostumbrado a su nueva Focus Jam, se dio un buen golpe en las costillas que le impidió completar la ruta. Si le vuelve a pasar, le recomendaría lo que a los más torpes (como yo), sierra al canto y con unos cuantos centímetros menos, todo fenomenal.
Llegada a la fuente del Molí Mató y camino de Agres, ya por pista y asfalto, a cuya entrada nos desviamos a la derecha camino del “Convent”.

Nos recibió con tres enoooormes fuentes de proteína y grasa que hicieron las delicias del personal, algo menos de nuestras analíticas.


Y lo que tiene disfrutar de un almuerzo tan fantástico es que no salimos de allí hasta la una del mediodía, me lo decía Kawa y no me lo creía, cómo pasa el tiempo cuando lo disfrutas.
Menos lo estaba disfrutando Miguel que, una vez frio, comenzó a sentir molestias del golpe en las costillas, por lo que decidió abortar la ruta junto a Íker y Leo, espero no sea más que el golpe y, eso sí, tenga paciencia porque le esperan un par de meses hasta recuperarse del todo. De bici mucho menos. Tampoco pudo seguir Rafa por falta de tiempo, con el que espero compartir la segunda parte de la ruta de la próxima semana. Media y media, ruta entera.

Jo me'n vaig tornar perquè mentre haguerem arribat a Alcoi, carregue la bici i torne a Bocairent s'hauria fet molt tard. Així que vaig baixar amb el lesionat i els amics fins la via i els vaig indicar per arribar a Muro i jo vaig tornar cap al poble on vaig arribar un poc abans de les 14'00.

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