6/6/22

Trialeres Rugat amb els Mataos

 La setmana passada vaig estar amb els Mataos. Copie i pegue la crónica de Carlos.



Qué calaos nos tiene, Rafa !!! Cómo nos conoce ya, no en vano son casi diez años compartiendo rutas con “Los Mataos” y sabe perfectamente que se nos conquista por las sendas pero, sobre todo, por el estómago. Hoy el de Bocairent salió a hombros y por la puerta grande, menos mal que pesa poco. Y es que tras ayudarnos la semana pasada a devorar el conill espatarrat de Gaianes, en la presente nos invitaba a ruta por Aielo de Rugat, justo por la zona donde rodamos siete días antes; así es fácil de explicar la expectación con que veníamos y las ganas de mejorar nuestra, ya de por sí, fantástica ruta. Gracias al día de hoy, la versión 3.0 de L’Orxa is coming… Cuatro Mataos (José Manuel, Luís, Elías y yo) junto a Rafa y Vicent de Carcaixent nos plantamos en el punto de salida casi a la hora convenida, donde realizamos los saludos iniciales y la primera reparación del día, afortunadamente la última, puesto que el neumático delantero de Vicent estaba más vacío que el cerebro de un tronista y no cogía aire. Tenía la válvula más embozada que el conducto seminal de un casado. Aprovechó Rafa la reparación para organizar la comida en el bar, ofreciendo torrà o arroz. Nos decantamos claramente por la primera opción hasta que nos recordó que era arroz al horno. Fue mentarlo y escogerlo con el mismo entusiasmo con el que cogemos lápices gratis del Ikea. Tengo tantos en casa que podría hacer un mueble con ellos y fastidiar una venta a los suecos. Deben revisar su estrategia. Nos pusimos en marcha, atravesando la localidad y poniendo rumbo al conocido Camí de les Revoltes, tres kilómetros de tendida ascensión cuya dureza baja mucho cuando se trata de la primera subida del día y a la fresca, aunque fuéramos con muscular Rafa y yo. Hoy la Megatower venía con ganas y quedó saciada. Subida amena y disfrutada por las tremendas vistas del valle que tienes a tu izquierda, algo menos en el caso de Luís, que notó fresquito en las manos y cayó en la cuenta de que se había dejado los guantes en el coche. Volvió a todo trapo mientras nosotros seguíamos con la ascensión. Por el calentón que cogió intuyo que no le volverá a pasar. Llegada al Refugi de La Planissa, del cual salen dos buenas sendas que Rafa no tardará en investigar, en Google Earth están clarísimas, adelantándose la mayoría hasta la Casa del Collado para ir preparándose para la bajada mientras yo me quedaba con mi cuchi-cuchi para esperar a Luís, que llegó en un santiamén y acalorado como si hubiera visto a Michelle Bundchen como Dios la trajo al mundo. El calentón le marcó toda la ruta y es comprensible, anda que no esta buena. Nos lanzamos hacia la Casa del Collado y salieron las protes a relucir para realizar la famosa trialera que nos lleva por el Castell de Rugat y de la que tanto había oído hablar, siempre rivalizando con la del Assagador de la Cova. Pues tengo que admitir que es un señor trialerón, más cañero que el del Assagador pero menos divertido. Para gustos, los helados. Comienza la senda con escasa dificultad pero muy, muy bonita, con un verde increíble y una vegetación que te recuerda a otros lugares puesto que había helechos y solo faltaban los velociraptors para verte trasladado a una localización de película. Por eso prefiero la realidad. Primera parte disfrutadísima y que termina con corto desvío para realizar el ascenso al Castell de Rugat que, pese al empujing inicial, se puede hacer en bici durante un buen tramo, casi hasta el final. Vicent y yo subimos con las bicis para bajar por ese precioso sendero. El resto con el coche de San Fernando, un ratito a pie y otro caminando. Fantásticas vistas desde lo alto del Castell, que disfrutamos sacando fotos a mogollón y visitando las ruinas del castillo antes de emprender el retorno a la trialera por una senda muy chula con un par de pasos complicados, el primero al entrar tras curva muy cerrada a la derecha seguida de doble escalón; el segundo porque no cabías salvo que fueras una talla “S”. Volvimos a la bajada inicial y me coloqué en cabeza junto a Vicent, comenzando el verdadero espectáculo de la bajada porque, de repente, todo cambió y de ser una senda de tierra preciosa, con poca dificultad, se convierte en Mr. Hyde, una trialera muy rocosa y repleta de escalones en la que había que ir buscando continuamente la trazada para poder seguir sin echar pie a tierra, espectacular. Divertidísima bajada con punto culminante al atravesar el fondo del Barranc del Castell, que venía con agua y, sobre todo, el tramo final hasta la salida al Camí del Barandano, donde pasamos una serie de losas con dos o tres escalones dignos de mención. Chulísimos. Nuevo cruce de agua en el Barranc de la Font y salida al Camí del Barandano, con la impresión de haber realizado un auténtico bajadón de enduro del bueno. Si no te gusta tanta matraca, siempre te quedará el Assagador de la Cova, divertidísimo como pocos. Tocaba ahora remontar, con suavidad primero, brutalidad después, al coger la senda del Cantalar y dejarte fino tras rampa criminal que igualó a la totalidad del grupo, musculares y eléctricos. Todos echamos pie a tierra. Disfruté mucho de la senda, ya saben, me ponen verraco este tipo de subidas, hasta volver a coger pista y solo soltarla en un último tramo trialero con mucha piedra suelta que nos dejó en la carretera que sube a Beniarrés. Llegan ahora casi cuatro kilómetros de ascensión por asfalto a los que hay que añadir cuatro más por el Camí del Corral de Poldo, por lo que echen cuentas si vieron Barrio Sésamo, hasta un colaborador de “Sálvame” puede hacerlo puesto que la respuesta está en los dedos de las dos manos. Los desniveles son llevaderos en todo momento, todo es muy ciclable. Algo debimos sospechar cuando, a la entrada a la trialera del Corral de Poldo, vimos que Rafa se había quedado con Luís mucho más abajo, gritándonos que por ahí no, que esa primera parte estaba muy cerrada y técnica. Era donde antiguamente se anunciaba la senda con la coletilla de “solo para bikers expertos”. Elías y José Manuel no se lo pensaron dos veces y huyeron como un funcionario del trabajo, puesto que no querían arriesgar el arroz al horno por una caída, quedando los más frikys para comenzar por allí. Ya saben, Vicent y yo. Y, la verdad, todo comenzó bastante bien, con los arañazos típicos de las sendas muy cerradas porque ha dejado de pasar gente, pero haciéndolo todo sobre la bici, incluso un par de curvas complicadas. Me gustó bastante este inicio hasta que llegaron los regueros, muy profundos en algún caso, de esos en los que echabas un piedra y no escuchabas el “plof” del final, además de muy estrechos, grandes rompedores de discos y cambios traseros. Dicen las malas lenguas que fue SRAM quien degradó la senda y tenía puesto de venta al final de este primer tramo, teniéndolo que cerrar por falta de stock. Mierda de crisis de suministros. Reagrupamos al final de este primer tramo que, no les voy a negar, probablemente repetiría. Lo sé, estoy muy loco, mejor no me hagan las pruebas. Retomamos la bajada que, en realidad, tiene alguna tachuela que me dejó sin aire tratando de seguir a Vicent, que iba en cabeza. La bajada está muy guapa y es dura, mucho, por la cantidad de piedra suelta que tiene sobre roca madre repleta de escalones, que te lleva agarrado a los frenos continuamente, buscando trazadas y recomponiendo el equilibrio. No te da un segundo de respiro. Tanto es así que fue inevitable realizar parada a descansar, por gentileza hacia Rafa primero, Elías después, José Manuel y Luís. Así de amables fuimos, así de descansados quedamos. Y nos vino fenomenal pese a que, en realidad, ya quedaba muy poca bajada por delante, pero es que había un par de pasos la mar de chulos que superar, principalmente escalones con curva a la izquierda que logré ciclar para gran satisfacción del que escribe, mal pero lo intenta. Giro a la derecha para entrar en pista y seguir recto, cerrando el bucle del Corral de Poldo para ir en busca de nuevo tramo de divertida senda que nos enlaza con la ruta que solemos hacer “Los Mataos” y justo en el lugar donde siempre me equivoco. Qué sí, que hay que pasar por delante de la casa. Todo ello para ir a la zona del Morquí y desviarnos por la senda de la Buitrera, desconocida para nosotros y que, desde hoy, pasa a formar parte de nuestro track de L’Orxa, así de divertida es. Y es que se trata de una senda que recorre unas larguísimas terrazas de punta a punta con entretenido curveo de por medio, para pasar de uno a otro por toboganes chulísimos y siempre por dentro de un bosque. Sorprendente el gran trabajo realizado allí, repartidor de felicidad como la Coca-Cola. Le dimos un poquito de gas pero lástima no conocerla, puesto que las curvas solían pecar de ser excesivamente cerradas y, por ello, te hacían perder toda la inercia amen del peligro de hacer un recto en alguna ocasión. La senda finaliza cuando sale del bosque, llevando especialmente la atención en un tramo estrechísimo por vegetación a la izquierda y fuerte caída a la derecha que intimida un poco, sobre todo si vas primero y por la incertidumbre de no golpear el manillar en alguna rama dura y despeñarte. La senda finaliza junto al Terrer dels Alonsos, justo por donde solemos ir nosotros, por lo que está especialmente diseñada para añadirla a nuestra ruta. Qué grande eres, Rafa !!! Ya solo nos quedaba la vuelta a Aielo de Rugat por el Tossal de Calabuig, implorándonos Luís por ir cerrando la ruta puesto que se encontraba cocido de más, llevar peto en verano y en el interior de Valencia es de ser muy valiente o inconsciente. Hay ciertas protes de las que se debe prescindir en verano porque cuecen más que enriquecen. Solo quedaba el cortísimo y divertido ascenso al Tossal para descender por la técnica trialera, siempre seguido de Vicent, viéndome obligado a echar un pie a tierra por mal apoyo de la Assegai. Si dicen que cualquier escribano puede hacer un borrón, yo los hago a borbotones. Finalizamos en la bonita losa donde las risas salieron a relucir, haciendo Rafa un “Elías”, así como los albaricoques que Vicent nos regaló por deferencia del dueño de los árboles. Al menos eso nos dijo Vicent, al dueño no se le oyó protestar. Igual cuando vuelva… Último tramo de senda por la derecha, por encima de puente de madera y corta rampa para enganchar preciosa senda bajo los bufidos de Luís, que nos quería matar puesto que el pueblo estaba ahí al lado. Afortunadamente para él, la senda es muy cortita pero lo suficientemente bonita para realizarla la próxima vez, en nuestra ruta anual. Por fin llegamos a meta y al bar, previo paso por la fuente del pueblo donde repusimos líquido pero, sobre todo, sumergimos nuestras cabezas en sus frescas aguas, puesto que hacía un calorcito la mar de majo, treinta y muchos grados de majo. Llegamos con media hora de antelación que aprovechamos para cervecear con entusiasmo y comentar las bajadas exigentes y divertidas de la ruta, bastante distintas unas de otras. Completísima la del Castell de Rugat, con un primer tramo precioso, un segundo de auténtico enduro. La trialera del Corral de Poldo, muy dura y física, agotadora por la lucha constante contra el pedroleo, muy interesante al final. La Buitrera, senda de tierra muy divertida, de constantes arreones por las cerradas curvas que tiene y el Tossal de Calabuig, muy cortito pero técnico, terreno muy valenciano. Me encanta. Más nos encantó la llamada a comer del dueño del bar, saliendo con el arroz al horno en un perol de barro impresionante cuyo sabor todavía estaba mejor, siendo devorado a dos carrillos por todo el mundo y como si no fuéramos a volver a comer en un año. Repetimos todos. Anonadado dejamos al dueño porque repelamos el perol y solo nos faltó pan para rebañarlo, confesándonos que suele echar arroz de más porque le gusta que sobre un poquito. El pobre no conoce a “Los Mataos”, no dejamos ni las cabezas de las gambas. Felicitamos al cocinero por la excelente comilona y manteamos al de Bocairent, tanto por el rutón como por el fin de fiesta posterior, mientras que la vuelta fue aprovechada para replantear nuestra ruta de L’Orxa que, presumiblemente, saldrá de Aielo de Rugat la próxima vez. Comilona is coming. Viva Rafa Tipotane !!! Mucho más que amigo !!!

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