17/4/17

Enduroland. Peñarroya

Com la crònica de Carlo es sempre tan meticulosa i divertida.... copie i pegue.
Cuando dos locos del MTB se unen, las rutas empiezan a fluir, ya no hay pegas, nada está demasiado lejos, ni hay rutas con muchos kilómetros ni se acaba nunca demasiado tarde.....solo hay dónde y cuándo, dando la oportunidad de disfrutar de grandes mañanas y con la mejor compañía posible.
Todo surgió cuando, tras algo más de un mes con la comunidad biker alborotada por el proyecto Enduroland, compartí ruta con Rafa por Sella y, en el almuerzo, ese otro creador de rutas cuya ciclabilidad es inversamente proporcional al nivel de chupitos tomados, me propone ir a Enduroland, en Semana Santa....
Una lagrimita de emoción se me escapó, le eché la culpa al aire que no hacía, esperé un momento, como consultando mentalmente la agenda y haciéndome el interesante para, finalmente, arrodillarme a sus pies y comenzar a llorar emocionado agarrado a sus rodillas, en modo Karina.....gracias, gracias, gracias....
Una vez sembrada la semilla puesta, solo había que regarla y abonarla.....igual nos pasamos con eso porque nos ha brotado directamente una secuoya, una fantástica mañana.
Como hay ocho rutas ya señalizadas en Enduroland, sin tener ni idea de cual hacer, Rafa consigue propuesta de Pacolo que conjunta las rutas 3 y 5, unos 28 kms y mil metros de desnivel. Allá vamos !!!
Proyectamos la salida desde Olba, el municipio más cercano viniendo desde Valencia, comenzando con la segunda mitad de la ruta 5, llegaríamos a Fuentes de Rubielos, haríamos la ruta 3 completa y, de nuevo en el pueblo, realizaríamos la primera parte de la ruta 3 para volver al punto de salida.
Todo claro, solo quedaba el madrugón, a las cinco de mañana sonó el despertador, la virgen, me levanto rápido y bajo a la calle a montar el porta-bicis entre cánticos de los alborotadores de la noche que todavía pululan por ahí, emanando efluvios etílicos en cada aliento.
A las 6:45 llego a l'Ollería, tras casi volvar en un badén sin señalizar que hay a la entrada del pueblo....ya podían decir algo, para frenar o, al menos, echar el culo atrás...
Un abrazo con Rafa, cambio de vehículo y a Olba, todo por autovía salvo los últimos doce kilómetros de carretera de montaña, previa parada para cafelito y bizcocho de chocolate del Decartón que trae Rafa, muy rico.
Una vez en el pueblo, nos preparamos y hacemos el primer mandamiento de todo buen biker....visitar el bar. En este caso para ver dónde estaba y avisar para que nos guardaran sitio para comer, algo que nos recomendaron desde la organización.
Todavía estaba cerrado pero ya vimos las primeras señalizaciones de Enduroland .....quina musio !!!.... como decía esa pequeña robotita de gafas enormes que tanto me hizo reír en su día, acompañada de Gachán y l'Obocaman......admítanme otra lagrimita, de nostalgia, la edad....
Una vez conocida la ubicación del bar, comenzamos la ruta, calentando por unos 2,5 kms de asfalto en clara subida hacia Fuentes de Rubielos, que abandonamos por una pista a la izquierda que comienza muy batalladora, con buen desnivel y terreno suelto, que exige esfuerzo para aguantar sin echar pie a tierra....menudo inicio !!!

Poco después, suaviza la pendiente y mejora el piso, por lo que podemos recuperar el resuello y seguimos pisteando, pasando junto al desvío que cogeremos a la vuelta puesto que iniciamos un tramo común, en la ida y en la vuelta que dura hasta Fuentes de Rubielos.
Nuevo desvío a la izquierda por otra pista que vuelve a ponerse guerrera y obliga a mantener fuerza y equilibrio, dándonos cuenta que todas tienen un punto técnico, hasta que, finalmente, llegamos arriba y, ya con Fuentes de Rubielos al fondo, iniciamos la bajada.
Es un descenso corto pero entretenido que nos deja en el pueblo, al que entramos, atravesamos y abandonamos, no sin antes visitar alguna de sus numerosas fuentes, no se mataron para ponerle nombre al pueblo....

Salimos de Fuentes de Rubielos para realizar la ruta 3 (Peñarroya), viendo a lo lejos una empinada pista por la que temíamos íbamos a desviarnos, qué ilusos, la que cogimos era mucho peor.
Se trara de otra pista que te recibe con terreno luchador, con menos pendiente pero con mucha más piedra, de esas en las que hay que ir ganándose cada pedalada.
Subimos con traquilidad y esfuerzo, viendo allá a lo lejos y en lo alto, lo que parece ser nuestro destino, con varias aves de enormes alas sobrevolando el cielo, supuestamente bien alimentadas por los bikers caídos, no sé si en las subidas o bajada posterior.
Tras 1,5 kms, salimos a otra pista cuyo piso ya es mucho mejor y se cicla con más facilidad. A partir de ahí, y salvo algún repecho suelto, la subida se va haciendo más sencilla, atravesando una zona bastante árida, salpicada de arbustos pero sin un árbol a la redonda.

Cogemos senda a la izquierda hasta llegar a una valla de piedra bastante derruida que bordeamos por la derecha, fuera de la senda, orientados por una serie de mojones que salpican el suelo hasta nuevo giro a la izquierda, camino del geodésico, hasta que, de repente, te quedas con la boca abierta y una exclamación de asombro sale de tu boca....


Resulta que hemos ido subiendo a Peñarroya por detrás, casi sin darnos cuenta pero el geodésico se encuentra en el borde de un abismo que domina todo el valle. Las vistas son fabulosas, increíbles, hay que estar allí para hacerse una idea.
Llenos de entusiasmo comenzamos a fotear sin cesar, demasiadas ganas para la cámara de Rafa que, harta de tanto trabajar, se declara en huelga indefinida, conclusión a la que llegamos tras probar sus cuatro juegos de pilas que llevaba de recambio....qué se puede esperar de alguien que lleva un cambio trasero completo en la mochila....el Doráemon del MTB....mi mujer no lleva tantas cosas en el bolso y mira que le ha tenido que poder ruedas para poder llevarlo...ahí lo dejo....
Por cierto, espero que la cámara solo esté pidiendo mejoras en el convenio colectivo y no haya decidido coger una baja de larga duración con la que enganchar la jubilación anticipada. Esas cosas suelen costar caras al estado, o al dueño en este caso.
Henchidos de emoción con el lugar, decidimos seguir hasta la ermita de Santa Isabel, que se ve al fondo a la derecha, en principio sin ponernos las protes porque se ve algún repecho por el camino.
El tema está en que, de repente, nos metemos en una senda de piedras con caída a la derecha y nos lo pensamos mejor, protes al canto, a disfrutar.....los treinta metros que tiene aquello!!! Pwet, pwet, pwet, pweeeeet......
Lo que tanto prometía se rompe inmediatamente en curva a la derecha con cable que nos obliga a desmontar y bajar como podemos. Ya en el otro lado, sigue la bajada pero apenas veinte o treinta metros más, porque volvemos a subir con un buen repecho.
A partir de ahí, la ruta transcurre por senda que va cresteando Peñarroya, muy bonita, siempre con grandiosas vistas a la izquierda.
Curva a la derecha e iniciamos un corto descenso con curva interesante que te deja en la pista que ya te deja en la ermita, a la que llegamos y visitamos, haciéndonos más fotos en el mirador, disfrutando de las vistas del otro lado del valle, que ahora se ve perfectamente, al igual que la senda por la que bajaremos y por la que suben senderistas, habrá que ir con cuidado.

Primera trialera del día, que se inicia con tramo bastante suelto que te obliga a ir dirigiendo la bici con la rueda delantera mientras, la trasera, se va por su cuenta de vez en cuando, es inevitable algún derrape.
Pierde un pelín de pendiente después, con lo que ya llevas la bici más controlada, sin derrapes, pero siempre con el terreno muy suelto y pedregoso, enlazando varias curvas sin dificultad y saludando a los senderistas que, muy amablemente, se hacen a un lado a nuestro paso cuando la prioridad es suya.
Llegamos abajo, pero con la sensación de que falta rock'n'roll. Hemos bajado bastante pero falta nivel técnico, es lo que pasa a los que venimos de la tierra del turrón duro, estamos acostumbrados a lo mejor y no es fácil encontrar tanto nivel por ahí fuera.
Comenzamos a bordear Peñarroya pero esta vez a media altura del valle, por pista que acaba convirtiéndose en una senda con un puntito técnico chulo pero sin pendiente, con algún corto tramo de bajada pero más con la sensación de llanear o incluso ir subiendo.....eso sí, el punto técnico de ir tirando de manillar con frecuencia, atravesando piedras sin parar es lo que le da vidilla, a mi me gustó.
Lo mejor vino al girar a la derecha, donde ya encaramos el descenso directo de vuelta a Fuentes de Rubielos, con un inicio muy chulo sobre unas losas de roca y una curva de izquierdas que me gustó mucho y nos dejó una buena sonrisa.

A partir de ahí, seguimos bajando por tierra roja, algo más suelta, hasta llegar a la carretera, que atravesamos para pasar al otro lado y dirigirnos al barrio del Calvario, por una senda muy verde y bonita, hasta Fuentes de Rubielos. Hemos terminado la ruta 3.
Reponemos líquido en las fuentes del pueblo y llamamos al bar a reservar. Ahora iniciamos la vuelta a Olba por la ruta 5, Peñas de Santa María, con un primer tramo que coincide con el que realizamos al llegar a Fuentes de Rubielos por primera vez.
No podía dejar de acordarme de cómo sería subir por la bajada que habíamos hecho al llegar.....efectivamente, dura y complicada, la única en la que tuve que echar pie a tierra, es técnica, empinada y encima el suelo está alfombrado de pinochas, por lo que falta grip.
Dos o tres metros más adelante, pude volver a montar y llegar arriba, iniciando tramo de descenso por senda, sencillo y rápido que desemboca en la pista por la que subimos al inicio hasta el desvío a la derecha, que ya nos lleva a Olba por terreno desconocido.
Hay que ir con atención al GPS porque, al poco de iniciar el nuevo tramo, por el que bajas por pista, hay un desvío a la izquierda por senda que me salté, escuchando los gritos de Rafa por detrás para avisarme, el engorilamiento nos pierde.
Tras atravesar otra valla, cogemos un bonito tramo de senda, con un rampa interesante de por medio, que finaliza de nuevo en la pista por donde veníamos, que volvemos a cruzar para seguir por más senda, donde Rafa se hizo foto agarrado a un poste de Enduroland con mucho entusiasmo, no sé si cogiendo fuerzas para lo que venía...
Porque este nuevo tramo de senda te recibe con el tramo más duro del día, con diferencia, un tremendo ramponazo, técnico y brutal, de esos que te obliga a echar el hígado por la boca para llegar arriba sin echar pie a tierra, lo conseguí pero llegué arriba boqueando como pez fuera del agua, reventado.
El esfuerzo sin duda vale la pena porque el rampón termina en curva a la izquierda que abre todo el valle ante ti, quedándote de nuevo sin aliento al ver las vistas que aparecen de repente, sin esperarlo en ningún momento.

Entusiasmados por el lugar, nos echamos unas cuantas fotos y seguimos a regañadientes, por esa fantástica senda que te lleva bordeando todo el precipicio, con el río Rubielos en lo más hondo.
Nueva parada en otro magnífico lugar y vemos que ahora sí que comienza el turrón del bueno !!! Por fin !!!
Y es que la senda hace curva a la izquierda, todavía bordeando el valle, pero ya con una pendiente de aúpa, de esas de culo atrás sobre terreno semi-suelto, es decir, con mucha grava pero con alguna roca en el suelo que permite frenar de vez en cuando. Los locales lo llaman "el despeñaperros", mejor no preguntar por qué...



Bajada muy divertida, sin demasiada dificicultad porque, pese a la grava y la pendiente, la bici se puede llevar controlada pero esto sí que es disfrutón.
Y no quedaba ahí la cosa porque, en giro a la izquierda, abandonamos el borde del precipicio y nos metemos en todo el bosque, ya por senda de tierra, más suelta pero con menos pendiente, muy ratonera, con curvas constantes y más rápida, que comenzó a arrancarnos "yijás", uno detrás de otro hasta llegar a Olba, con una sonrisa de oreja a oreja, acabando con lo más divertido de la ruta.
Comida en el bar, regada con acuarius de cebada en el caso de Rafa, había que ver la cara de la mujer que nos atendió al escucharlo, pensando que no tenía de ese sabor hasta que cayó en la cuenta y una sonrisa cambió su cara de desconcierto.

Charlamos con otros compañeros valencianos que también habían venido a visitar la zona, realizando otras rutas pero con la misma sensación: Si quieres disfrutar de MTB y de la naturaleza, ven a Enduroland, las rutas son extraordinarias, muy bonitas, con fantásticas vistas y lugares magníficos. Si lo que buscas es terreno muy técnico y bajadas brutales, vente a Alicante, a comer turrón duro...
Por mi parte, solo agredecerle a Rafa su propuesta para venir a disfrutar de esta grandísima mañana y que, como no podía ser de otra modo cuando dos locos del MTB se unen, terminó con otros dos proyectos más....veréis cómo cuajan....

2 comentaris: